A lo largo de la historia, muchos inventos han revolucionado la vida de las personas. Los anteojos, sin duda, son uno de ellos.

En tiempos antiguos, aquellos que enfrentaban problemas de visión debido a la edad o defectos oculares no tenían medios para mejorar su capacidad visual. La invención de las gafas, que ocurrió hacia finales del siglo XIII, marcó un avance significativo para estas personas.

Se cree que el inventor de las primeras gafas residía en la ciudad italiana de Pisa alrededor de la década de 1280. Aunque su identidad exacta no está completamente confirmada, dos artesanos vidrieros, Alessandro Spina y Salvino Armato, son los candidatos más probables.

Las pruebas históricas sugieren que Salvino Armato podría haber sido el verdadero pionero. Originario de Florencia, Armato, a los treinta y cinco años de edad, experimentó con la refracción de la luz y comenzó a trabajar en la fabricación de vidrio con la intención de mejorar su propia visión. Se cree que diseñó unas primeras lentes gruesas y curvadas que actuaban como correcciones ópticas.

La primera referencia escrita conocida sobre las gafas data de 1289, cuando el escritor italiano Sandro di Popozo mencionó en su obra "Tratado sobre la conducta de la familia" que las gafas habían sido inventadas recientemente para ayudar a los ancianos cuya visión se había debilitado. Aunque no mencionó el nombre del inventor, dejó claro que él mismo había experimentado la mejora que las gafas proporcionaban para la lectura y la escritura.

Una segunda referencia proviene del fraile italiano Giordano di Rivalto, quien en un sermón en Florencia en febrero de 1306 declaró que no habían pasado ni veinte años desde que se descubrió el arte de fabricar cristales para los ojos, destacándolo como uno de los avances más importantes y necesarios del mundo. El fraile mencionó haber conocido al inventor y haber hablado con él, aunque nuevamente no mencionó su nombre específico.

Estas referencias históricas ilustran cómo las gafas surgieron como una innovación crucial que transformó la vida de muchas personas al mejorar su capacidad para realizar tareas cotidianas que requerían una visión clara, marcando así un hito en la historia de la tecnología óptica.